Planteo mi intervención como una liturgia, como una con-celebración solemne. La mesa, si no llegara a ser “altar” si debería ser “altavoz” de un vigoroso mensaje sobre lo que, en mi opinión, debe ser la finalidad esencial de las Asociaciones Jacobeas.
El mensaje que quiero trasladaros es claro. En este momento la finalidad de las Asociaciones Jacobeas debe centrarse en “EL CONOCIMIENTO” y “LA ESPIRITUALIDAD” del Camino. La vitamina “C” y la vitamina “E” que precisa todo peregrino, todo caminante para vivir en plenitud su experiencia jacobea. Por supuesto que el Camino “se ha hecho capaz de revestir todas las formas” y acoge a todo el que de buena fe a él se acerca. Desde el más absoluto respeto a las opciones individuales, nada de malo hay en ofrecer estas dos vitaminas para quien quiera aprovecharlas.
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