El día 8 de Septiembre todos los medios de comunicación se hicieron eco y divulgaron ampliamente la noticia de la descalificación de Elena Congost en la prueba de maratón de los Juegos Paralímpicos, cuando a escasos metros de la meta y ocupando el tercer lugar, soltó un segundo la cuerda que le unía a su guía que iba a desplomarse debido a los calambres que estaba sufriendo. Fue un irrefrenable gesto de humanidad, sin ningún tipo de consecuencia para la carrera.
Las declaraciones de Elena evidenciaban su desolación por ser incapaz comprender la descalificación.
"Me gustaría que todo el mundo sepa que no me han descalificado por hacer trampas, sino que me han descalificado por ser persona y por un instinto que te sale cuando alguien se está cayendo y es ayudar o aguantarlo",
“¿Cómo le explico a mis hijos que he sido eliminada por querer a atender a una persona, por un gesto de humanidad”